Tatiana Forace se hacía llamar Ruben, pero el 2 de enero de 2020 decidió aceptar quién es en realidad y dar el ejemplo a quienes aún hoy se ocultan por prejuicios o temores: “Si bien es conocido el guía gay, no es tan conocido el guía trans. Fue complicado porque cuando tuve que estudiar tenía que ocultarme, disfrazarme de varón para poder estudiar y sobrevivir. Hace 30 años atrás no podía ir a una institución a estudiar porque estaba prohibido: las chicas trans éramos arrestadas, maltratadas y hasta matadas”.
“Yo jamás oculté mi sexualidad porque era más fácil decir que soy gay que trans. Ahora quizás es un poco más fácil porque la gente está más acostumbrada a ver una persona trans que quiera estudiar o trabajar” asegura Tatiana y agrega “Hoy los parámetros están cambiando, porque hasta para los niños ya es natural“.
Sin embargo, “en mi familia no se habla del tema. El año pasado hice un curso donde se trabajó mucho la identidad, entonces me cansé, y se lo dije a mi mamá, pero me respondió: acá no vas a venir así, entonces cuando la visito voy como Rubén”.
En cambio en el plano laboral todo es más abierto, ya que Tatiana confiesa no haber tenido inconvenientes: “En la oficina nunca hubo problemas, al contrario, ellos me llamaban Ruti, porque no se sabía si era el guía o la guía quien iba, pero el 2 de enero de este año decidí ir a trabajar como Tati. A los pocos días tuve la primera guiada y la verdad que la respuesta del público fue muy cálida, yo pensé que la mitad de los turistas se iban a ir, pero no”.
“Yo soy guía de turismo, no importa si es el guía o la guía, somos guías, mi función no es ir a levantar (conquistar) turistas o choferes, mi misión es enseñar la ciudad de Buenos Aires a los turistas” remarca Tatiana dando cuenta de uno de los tantos prejuicios que debemos empezar a desterrar sobre el colectivo trans.
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Entrevista realizada por Malvina Gómez