Explorar París: cómo moverse, qué visitar y vivir una experiencia única y especial

Visitar París es una vivencia que deja una huella imborrable en cada viajero. La capital francesa deslumbra con su elegancia, su atmósfera romántica y su inmensa riqueza cultural. Cada rincón invita a descubrir historia, arte y belleza, ya sea caminando, en metro o a bordo de los famosos autobuses turísticos.

Explorar París implica elegir cómo moverse, decidir qué visitar y, sobre todo, descubrir las razones que hacen querer volver una y otra vez. La ciudad ofrece tantas opciones que cada recorrido se convierte en una experiencia distinta: desde paseos tranquilos por sus calles y parques hasta visitas a museos de fama mundial o miradores con vistas inigualables.

París se puede recorrer a pie, disfrutando del encanto de sus calles, plazas y cafés. Pasear sin prisa es una excelente manera de sentir la esencia de la ciudad: los artistas de Montmartre, las librerías del Barrio Latino o los puentes que cruzan el río Sena componen escenarios únicos y llenos de vida.

Asimismo, para quienes buscan desplazarse con rapidez y eficiencia, el metro de París es un aliado perfecto. Con más de 300 estaciones distribuidas en 16 líneas, permite llegar fácilmente a cualquier punto. Su eficiencia, frecuencia y amplitud lo convierten en el medio ideal para moverse de manera rápida, económica y cómoda.

Además, los viajeros pueden adquirir la tarjeta Navigo, un pase recargable que ofrece varias opciones como los viajes ilimitados por un período determinado (semanal o mensual). Esta tarjeta es especialmente conveniente para quienes planean utilizar el transporte público con frecuencia, ya que permite acceder no solo al metro, sino también a autobuses, tranvías y trenes RER dentro de las zonas urbanas.

Otra forma cómoda y panorámica de conocer la ciudad es utilizando los autobuses turísticos Big Bus, ideales para quienes desean aprovechar al máximo su tiempo sin perder ni un minuto.

Estos autobuses de dos pisos ofrecen recorridos con el sistema “hop-on hop-off”, que permite bajarse en los puntos de interés y volver a subir más tarde en cualquier parada del recorrido. Además, las paradas están situadas muy cerca de los principales atractivos turísticos, lo que facilita la visita sin necesidad de caminar largas distancias. Durante el trayecto, se puede disfrutar de una audioguía en varios idiomas y de una vista panorámica inigualable de los monumentos más emblemáticos.

Así, moverse por París no solo es sencillo, sino también parte de la experiencia misma: cada medio de transporte ofrece una perspectiva distinta de la ciudad y contribuye a entender por qué siempre hay motivos para volver.

Principales atractivos de París

Si bien París cuenta con innumerables atractivos, museos, monumentos y parques para visitar, en esta nota destacamos información sobre algunos de los principales íconos que representan el espíritu de la ciudad.

Torre Eiffel

La Torre Eiffel es el símbolo indiscutido de París, protagonista de films, publicidades y páginas de libros. Fue construida para la Exposición Universal de 1889 y hoy alcanza los 330 metros de altura. Desde sus plataformas se obtienen vistas impresionantes de la ciudad, tanto de día como de noche. A sus pies se extienden los Jardines del Campo de Marte, ideales para descansar, disfrutar de un picnic o contemplar el monumento iluminado al anochecer.

Para subir a la Torre, existen dos opciones: hacerlo a pie, ascendiendo los más de 600 escalones hasta el segundo piso, o bien utilizar el ascensor, que llega hasta el nivel más alto. La subida a pie permite apreciar la estructura de cerca y suele tener menor espera, mientras que el ascensor ofrece comodidad y rapidez. En ambos casos, se recomienda reservar las entradas con anticipación, especialmente si se desea acceder hasta la cima, ya que las plazas se agotan con frecuencia.

Museo del Louvre

El Museo del Louvre es uno de los más importantes y visitados del mundo, alberga más de 35.000 obras de arte, entre ellas la célebre Mona Lisa de Leonardo da Vinci y la Venus de Milo. Su pirámide de vidrio, situada en el patio central, se ha convertido en un ícono moderno de París.

Hay que tener presente que el Louvre es enorme, con más de 60.000 metros cuadrados de exposición, por lo que se recomienda dedicar al menos tres horas para recorrer sus principales galerías, aunque los amantes del arte podrían pasar un día entero explorando sus salas. Es aconsejable comprar las entradas de forma anticipada para evitar largas filas y planificar el recorrido con un mapa o guía digital del museo.

Catedral de Notre-Dame

Ubicada en la Île de la Cité, la Catedral de Notre Dame es una joya de la arquitectura gótica y es una de las más admiradas de Europa. Su importancia radica no solo en su valor arquitectónico, con sus vitrales, gárgolas y rosetones, sino también en su profundo significado religioso, ya que ha sido escenario de coronaciones, misas solemnes y momentos clave en la historia de Francia.

A pesar del incendio de 2019, continúa siendo un punto imperdible del recorrido por la ciudad. El ingreso al interior esgratuito, y el acceso suele realizarse tras unaespera breve, de unos 15 minutos, sin necesidad de reserva previa.

Arco del Triunfo y Campos Elíseos

Construido por orden de Napoleón Bonaparte, el Arco del Triunfo rinde homenaje a las victorias del ejército francés. Desde su terraza se obtiene una de las vistas más impactantes de la ciudad, con los Campos Elíseos extendiéndose a sus pies.

Para subir, se puede optar por ascender a pie a través de 284 escalones, lo que permite disfrutar de la estructura interna y de las vistas mientras se sube, o bien utilizar un ascensor, reservado exclusivamente para personas con movilidad reducida, para acceder al nivel del ático que alberga una exposición museográfica.

Desde allí, se deben subir 46 escalones adicionales para llegar a la terraza panorámica. Se puede comprar la entrada en el momento o mediante el Paris Museum Pass, que permite el ingreso a múltiples monumentos y museos.

Montmartre y la Basílica del Sagrado Corazón

El barrio de Montmartre conserva el espíritu bohemio que lo hizo famoso. Sus callejones empedrados, cafés y talleres de artistas evocan la vida cultural de antaño. En lo alto de la colina, la Basílica del Sacré-Cœur ofrece una panorámica espectacular de París. El acceso es gratuito, y se puede llegar caminando por la escalinata o utilizando el funicular si se desea evitar las cuestas.

El río Sena

Recorrer el Sena en barco es una de las experiencias más encantadoras que ofrece la ciudad. Los cruceros permiten admirar los monumentos durante todo el día, destacándose especialmente por la noche, cuando los edificios iluminados, como la Torre Eiffel, el Louvre o el Museo de Orsay, se muestran desde una perspectiva diferente. Existen diversas empresas que ofrecen estos paseos tanto de día como de noche, por lo que es posible reservar en cualquier momento, ya que la oferta es amplia y continua.

Los recorridos suelen durar entre una y dos horas y algunos incluyen cena o audioguía en varios idiomas. Los paseos al atardecer o por la noche son los más populares, ideales para disfrutar del resplandor de la ciudad en una hora especial.

Barrio Latino

Situado en la orilla izquierda del Sena, El Barrio Latino combina historia, juventud y cultura. Allí se encuentra la Universidad de la Sorbonne, así como numerosas librerías, cafés y restaurantes típicos. Es un lugar ideal para disfrutar de una comida o una copa en sus terrazas animadas, especialmente al caer la tarde.

Después de recorrer, descubrir y vivir París, se toma dimensión de que explorar la ciudad es mucho más que moverse y visitar lugares; es convertirte en el protagonista de tu propia historia.

Reconocer los sitios emblemáticos que tantas veces se han visto en películas, anuncios o páginas de libros, pero ahora desde tu propia perspectiva, permite que cada rincón cobre vida con emociones y sensaciones propias, haciendo que cada experiencia sea única y especial.

Por Yanina Navarro