Si bien los medios generalistas se acuerdan del turismo cuando ocurre algo negativo, los medios especializados prefieren no informar sobre hechos de inseguridad por temor a perjudicar la imagen del destino y a perder los beneficios que puedan otorgarle el gobierno local. Y cuando barremos la basura debajo de la alfombra, el efecto es contraprudencial: los turistas viajan desprevenidos y se encuentran con la sorpresa cuando están en el destino, lo que hace que se vayan enojados y hablen mal del sitio.
Lo ideal es que los periodistas puedan brindar información equilibrada y dar cuenta de los grises, de lo bueno y de lo no tan bueno y sobre todo tener en cuenta que los turistas deben viajar informados, no engañados. Prevenir sin alarmar siempre será la mejor solución.
Miguel Ledhesma
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