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Guachucal: la Vía Láctea de Colombia que une tradición, innovación y turismo sostenible

En lo alto de la cordillera nariñense, a 3.800 metros más cerca de las estrellas, se levanta Guachucal, un municipio que ha decidido convertir su vocación ganadera en un eje de desarrollo económico, turístico y cultural. Allí, donde el aire frío convive con paisajes imponentes, la Ruta de la Vía Láctea emerge como un proyecto que dinamiza la economía local y conecta a visitantes con experiencias auténticas, en armonía con el medio ambiente.


Ganadería con identidad y futuro


Guachucal ha sido históricamente una tierra de ganaderos. Tanto grandes como pequeños productores han trabajado durante generaciones para mantener viva la cultura láctea, y hoy, bajo un modelo de asociatividad, buscan dar a conocer al país y al mundo la riqueza de sus derivados: quesos artesanales, yogurt, mantequilla y hasta vinos que sorprenden por su sabor y calidad.


El municipio cuenta con plantas productoras que garantizan estándares de inocuidad y procesos sostenibles, sin dejar de lado la esencia campesina que ha caracterizado a la región. Esta integración entre tradición y modernidad no solo fortalece la economía local, sino que también genera empleo y oportunidades para jóvenes y mujeres rurales.


Turismo: vivir la Vía Láctea en Guachucal


Pero Guachucal no se conforma con producir leche y sus derivados. El municipio ha entendido que la verdadera riqueza está en compartir experiencias, y por eso, de la mano de la Operadora Camino del Viento (caminodelvientote@hotmail.com), los visitantes pueden contratar un paquete completo para experimentar la Ruta de la Vía Láctea: un viaje que combina hospedaje, gastronomía, cultura y naturaleza.


Entre los aliados que hacen posible esta travesía destacan:


  • Hotel Nalnoa Real: un espacio de descanso que combina el confort con la calidez andina, ideal para quienes buscan descansar después de explorar las montañas de Guachucal.

  • Hospedaje Ankalli Quyllur: cuyo nombre en quechua evoca la conexión con el cosmos. Aquí, cada visitante puede sentirse parte del cielo estrellado que envuelve a la región en las noches despejadas.

  • Empresarios La Realeza: un ejemplo de innovación en el sector alimentario. Se han ganado el reconocimiento regional gracias a sus quesos saborizados, vinos artesanales y propuestas que rescatan lo mejor de la tradición, sumándole creatividad y valor agregado.

  • Guachakana Cruz del Sur: un colectivo de mujeres tejedoras que, con paciencia y maestría, transforman fibras en arte. Sus creaciones no son solo productos, sino relatos tejidos de identidad, resistencia y belleza.


Turismo, economía y sostenibilidad: una apuesta integral


La Ruta de la Vía Láctea no es únicamente un circuito turístico: es un modelo de desarrollo sostenible que busca armonizar producción, cultura y medio ambiente. Al visitar Guachucal, los viajeros no solo consumen productos lácteos o textiles, sino que se integran en la vida cotidiana de una comunidad que trabaja unida para crecer sin perder su esencia.


Además, el proyecto promueve la educación ambiental y la valorización del territorio. Desde las prácticas ganaderas respetuosas con la tierra hasta la hospitalidad de sus hoteles y hospedajes, todo está pensado para garantizar que cada experiencia sea responsable, transformadora y memorable.


Un destino más cerca de las estrellas


Guachucal no es solamente un punto en el mapa de Nariño. Es un laboratorio vivo de innovación rural, un territorio que ha decidido mirar hacia el futuro sin perder de vista sus raíces. En sus 3.800 metros de altura, no solo se produce leche: se produce identidad, comunidad y esperanza.


Y quizás por eso, recorrer la Ruta de la Vía Láctea no es solo un viaje turístico, sino un encuentro con lo que significa vivir en equilibrio: con la tierra, con la cultura y con ese cielo inmenso que, cada noche, recuerda a locales y visitantes que en Guachucal estamos, literalmente, más cerca de las estrellas.


Miguel Ledhesma


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