El Torreón del Monje, emblemática construcción de principios del siglo XX, es una
obra realizada en honor al fraile Ernesto Tornero, estanciero y empresario, quien había
conformado un holding de más de veinte empresas en Mar del Plata antes de la
celebración del centenario de la Revolución de Mayo en 1910.
La obra encomendada al arquitecto alemán Carlos Nordmann, que acompañó el
castillo con una enorme torre que domina la estructura se realizó como reconocimiento
a ese fraile español, quien en el siglo XVI dirigió el primer asentamiento religioso en
esas tierras.
Pero hay una leyenda que cuenta que existía una fortaleza construida por Tornero
sobre Punta Piedras, perteneciente a la Orden de los Calvos. Un cofre encontrado por
un picapedrero italiano entre las rocas cercanas al Torreón devela esa leyenda. Rocas
eternas que escondieron una historia de mar y presencias. Ese asentamiento estaba a
cargo del capitán español Alvar Rodríguez, que se había enamorado perdidamente de
una indígena llamada Mariña. La bella mujer era pretendida por el cacique de la tribu,
llamado Rucamará.
De acuerdo al mito más arraigado y que Tornquist supo hacer correr por la ciudad en aquellos tiempos, en lo alto de la torre, Rucamará asaltó la fortaleza se atrincheró y tomó de prisionera a Mariña. Tras varios asaltos fallidos, Alvar Rodríguez recurrió a otra joven india llamada Nalcú, que había sido desplazada por el Cacique y que estaba dispuesta a traicionarlo. Nalcú visitó al cacique y con una poción lo adormeció, a él y a Mariña. Luego, pactó con los españoles para que atacasen la Fortaleza. Frente a esto, Rodríguez ordenó al cacique soltar a la mujer a cambio de
perdonarle la vida. Pero lejos de convencerlo, éste tomó a Mariña y salió en su corcel.
Al verse acorralado saltó a los acantilados.
Debido a esta situación, el capitán español, deprimido, dejó las armas, se encerró en
lo alto de la torre y se convirtió en monje. De allí derivó el bautismo popular del lugar:
“El Torreón del Monje”, como se lo conoce en la actualidad. Se cuenta que en noches
de luna llena se oye el galopar de un caballo y, en lo alto de la Torre, se ve la figura de
una hermosa mujer morena vestida de blanco.
Está ubicado en Paseo Jesús de Galíndez s/n, B7600 Mar del Plata, Provincia de
Buenos Aires. En verano, al caer el sol, luego de un día de playa, o en invierno por la
tarde, mirando el mar, se pueden degustar exquisiteces variadas. Vale la alegría
conocerlo.
Silvia M. Vázquez
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