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Santuario Las Lajas, Nariño, el templo que flota entre el cielo y la tierra

En el sur de Colombia, muy cerca de la frontera con Ecuador, el Santuario de Las Lajas, situado en Ipiales (Nariño), se alza como un prodigio de la arquitectura neogótica y la espiritualidad popular.


«Uno de los templos más bellos del mundo»


Construido sobre el cañón del río Guáitara, es uno de los destinos de peregrinación más importantes de Colombia, así como una joya visual calificada como «uno de los templos más bellos del mundo».


Pero quedarse sólo con esta calificación no hace honor a lo que realmente representa.


Más allá de los manidos calificativos y de las absurdas comparaciones, Las Lajas provoca una experiencia mágica, sanadora y creativa.


Algo que ya estaba allí desde tiempos remotos, mucho antes de que el arquitecto Lucindo Espinosa diseñara su esbelta silueta neogótica sobre el legendario cañón del río Guáitara.


Él mismo dejó escrito:


«Si buscas el monumento, mira en tu derredor».


Y así es, el monumento es la naturaleza, el lugar sagrado donde se construyó una fantasía arquitectónica que nada tiene que envidiar al gótico europeo.


Este templo, declarado Monumento Nacional, impresiona por su belleza y por las historias que lo rodean, desde su origen indígena hasta la aparición milagrosa de la Virgen del Rosario en el siglo XVIII.


“Entre aquellas rocas se alza una basílica que parece colgar de los cielos… y sus muros brotan como raíces del propio acantilado.”

—Lucindo Espinosa, 1876


El sincretismo religioso como característica


Las Lajas es poesía en piedra, en agua. En matices verdes, marrones y azules. Un templo donde las piedras cantan mientras el río reza.


Ten en cuenta al visitarlo que este lugar se entiende a través de su historia.


En principio, al llegar, admiras un espectacular templo católico, pero basta con «rascar» un poco para descubrir la auténtica realidad de Las Lajas y su interesante pasado.


Un excepcional sincretismo derivado de la colonización y de la «imposición» de la iglesia católica en lugares sagrados para las culturas indígenas precolombinas.


Un lugar sagrado desde tiempos prehispánicos


Antes de la aparición mariana en 1754, el cañón del río Guátira ya era un lugar sagrado para los pueblos indígenas que habitaban la región: Pastos, Quillacingas y Awás.


Estos grupos veneraban elementos de la naturaleza asociados al espíritu de la tierra (Pachamama) en especial, las quebradas y grutas utilizadas para rituales de purificación, sanación y agradecimiento.


El agua del manantial de la cueva, donde se construyó el templo católico, era usado para la práctica de la medicina ancestral.


La cercanía con el municipio de Potosí refuerza esta conexión ancestral. Allí se encuentran los pictogramas de Potosí, arte rupestre prehispánico que representa formas geométricas, humanas y animales.


Legado de una cosmovisión que consideraba el entorno como un espacio de tránsito entre lo terrenal y lo divino, y que se puede conocer en el propio museo del santuario.


Actualmente puedes sentir esos ecos antiguos cuando te detienes en silencio y conectas con este magnífico espacio natural.


La aparición de la Virgen del Rosario y el milagro de Rosa


La historia que dio origen al Santuario de Las Lajas se remonta a 1754.


Según la tradición, una mujer indígena llamada María Mueses de Quiñones cruzaba el cañón con su hija Rosa, quien era sorda y muda de nacimiento.


Cuando una tormenta las sorprendió en el camino, se refugiaron entre las lajas (las rocas que dan nombre al santuario).


Fue entonces cuando ocurrió lo inexplicable: Rosa exclamó con voz clara que la señora la llamaba.


Se trataba de la Virgen del Rosario, cuya aparición transformó ese sitio en un destino de peregrinación mariana.


El milagro grabado en piedra


La historia tomó mayor fuerza cuando, días después, reapareció en la roca una imagen de la Virgen con el Niño en brazos, acompañada por Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís.


Lo más sorprendente es que la imagen no fue pintada ni tallada.


Al estudiarla, se descubrió que los pigmentos no están en la superficie, sino que penetran varios milímetros dentro de la roca.


Un fresco sin pincel, como lo han descrito.


Este hecho alimentó aún más la devoción de fieles y viajeros que, desde entonces, acuden al lugar en busca de consuelo, milagros y fe.


De la capilla índigena al templo neogótico actual


Tras la aparición de la Virgen, los pobladores construyeron una humilde capilla de paja.


En 1795 se levantó un santuario de ladrillo, reemplazado por otro más sólido a lo largo del siglo XIX.


Fue el sacerdote José María Perón quien impulsó la obra, financiada con donaciones de fieles y apoyada por arquitectos de Ecuador y Colombia.


También se le atribuye la idea de preservar la gruta original, como parte del templo, en vez de cubrirla completamente con mármol o piedra.


Finalmente, entre 1916 y 1949, se edificó el templo que hoy conocemos, obra de los arquitectos Lucindo Espinosa y Gualberto Pérez.


Una majestuosa basílica de estilo neogótico construida con piedra gris de la región, suspendida sobre un puente de 20 metros que conecta ambos lados del cañón.


La cantera de Potosí: la piedra con la que nació el milagro


A unos kilómetros del templo, en la quebrada de Frontales del municipio de Potosí, se encuentra la antigua cantera extractora de la roca laja que da nombre al lugar.


Allí se conservan los restos de un antiguo puente colgante donde los trabajadores rendían tributo a la Virgen en una pequeña hornacina.


Hoy, la cantera está casi olvidada, pero forma parte esencial de la historia del lugar y de su conexión con la tierra.


Este rincón poco visitado es ideal para quienes buscan una experiencia más auténtica y tranquila en torno a Las Lajas.


Cómo llegar al Santuario de Las Lajas


-¿Dónde está ubicado?


En el corregimiento de Las Lajas del municipio de Ipiales (Nariño), a tan solo 10 km de la frontera con Ecuador y a 2 horas por carretera desde la ciudad de Pasto.


El Santuario se sustenta sobre el cañón del río Guáitara, en la profunda quebrada del Morro que aporta dramatismo y belleza al conjunto arquitectónico.


La estructura parece emerger de las entrañas de la montaña, sostenida por un puente de arcos de piedra que conecta ambas laderas del cañón.


–Cómo llegar desde Colombia o Ecuador

  • Cómo llegar al Santuario de LAs Lajas desde Pasto (Colombia): 85 km (1:30 en coche o bus). La capital del departamento cuenta con aeropuerto.

  • Desde Tulcán (Ecuador): 20 km (30 min), cruzando la frontera terrestre de Rumichaca.

  • Desde Ipiales: Hay buses frecuentes hasta el santuario o taxis (15 minutos).


–Servicios disponibles

  • Entrada gratuita.

  • Acceso por senderos o teleférico (3.000 COP aprox.).

  • Horario: abierto todos los días, incluso festivos.

  • Hoteles y restaurantes en el pueblo cercano.


Qué ver en Las Lajas (más allá del santuario)


– El pueblecito de Las Lajas

Te dejamos lo más sobresaliente qué ver en el pequeño corregimiento.


La antigua iglesia en el casco urbano repleto de tiendas de artesanías, dulces tradicionales y productos religiosos.


Por su ubicación, la localidad cuenta con un buen número de miradores rurales hacia el cañón del Guáitara.


No te pieradas el mercado local los fines de semana con productos andinos y gastronomía típica como el cuy, empanadas de añejo o locro de papa.


La localidad es una excelente base para para disfrutar de la calma del entorno, en sus sencillos alojamientos y albergues, especialmente concebidos para peregrinos.


¡A nosotros nos ha encantado! Hemos venido un día normal y no había casi nadie, hemos disfrutado de bellos rincones e historias locales.


–El entorno natural: río Guáitara y la cascada


Desde el majestuoso puente de dos arcos que salva las dos laderas se aprecia la Cascada del Milagro, una caída de agua que refuerza la atmósfera mágica del sitio.


El murmullo del agua, el eco de los cantos de los pájaros y la niebla matutina crean un escenario que parece salido de otro mundo, algo que se desvanece con la llegada de turistas, fieles y curiosos.


– Museo, cripta y exvotos


En los alrededores del templo, imprescindible visitar El Museo de los Milagros, la cripta subterránea con vitrales, túneles y vistas al cañón, así como las galerías de exvotos y placas de agradecimiento.


Situado en la parte baja se encuentra el Museo de Arte Religioso y del Milagro, que contiene, entre otros:


Objetos litúrgicos antiguos y modernos.


Reliquias, cruces, cálices y rosarios antiguos.

Maquetas históricas de las diferentes etapas del santuario.

Fotografías y testimonios de milagros atribuidos a la Virgen de Las Lajas.

Una pequeña exposición arqueológica con piezas que evidencian el paso de culturas indígenas por la zona.

Es un espacio ideal para entender la evolución del culto, la transformación arquitectónica del templo y su rol como lugar de peregrinación.


– Senderos con historia, caminos de peregrinación y espiritualidad


En el entorno del santuario se localizan un buen número de sendas, rutas y camios de peregrinación que merece la pena recorrer con tranquilidad.


Sendero del Vía Crucis: sendero peatonal con estaciones religiosas, vistas panorámicas y acceso desde la parte alta del cañón.

Excursión a la cantera de Frontales (Potosí): ideal para los amantes de la historia y la geología.


  • Senda al mirador y estatua del Arcángel San Miguel: una de los más sobresalientes en las proximidades del Santuario, colocado allí por iniciativa de Antonio María Pueyo de Val (obispo de Pasto) en 1928 y realizada por el maestro Julio Cesar Benavides.

  • Pictogramas de Potosí: conjunto de petroglifos y otros símbolos prehispánicos que conectan con la historia indígena del lugar. Imprescindible acceder con guía.

  • Ruta ecológica al río Guáitara: desde la base del templo se puede seguir el curso del río y disfrutar de su belleza natural.


– Caminos de fe


Existen varios caminos que los fieles y peregrinos han recorrido durante siglos, aunque no están formalizados como el famoso “Camino de Santiago” de España.


Entre ellos destacan:


  • Ruta desde Ipiales: hay peregrinos que hacen el trayecto a pie (10 km), como acto de penitencia o agradecimiento. Este camino suele hacerse en septiembre o en Semana Santa.

  • Ruta desde Pasto (80 km): algunos devotos caminan durante días desde la capital de Nariño cada año como tradición.

  • Rutas desde Ecuador: especialmente desde Tulcán y Quito.


Consejos prácticos para tu visita


  • Mejor hora: al amanecer cuando hay menos turistas y la luz baña el santuario con tonos dorados y al ocaso para ver la iluminación nocturna.

  • Ropa: lleva chaqueta o poncho, suele hacer frío y puede llover.

  • Calzado: cómodo y antideslizante para los senderos, escaleras y pendientes.

  • Fotografía: hay varios miradores perfectos para tomar panorámicas.

  • Tiempo ideal de visita: mínimo medio día; si puedes, quédate una noche.

  • Evita los días festivos si buscas tranquilidad. Ten paciencia con las colas, todo el mundo quiere hacerse la mejor foto.

  • Si vas en vehículo propio, llega temprano para encontrar dónde aparcar fácilmente.


Una experiencia que trasciende lo religioso


El Santuario de Las Lajas no es sólo un destino de fe: es un símbolo de la resistencia espiritual de un pueblo, un puente entre culturas, y un lugar que deja huella.


Ya seas creyente o no, la energía del lugar y su belleza natural te impactarán profundamente.


Ven con el corazón abierto y déjate tocar por la magia de este templo suspendido entre el cielo y la tierra.


Si lo comentado sobre este lugar te ha tocado el alma tanto como a nosotros, te invitamos a seguir explorando otros rincones mágicos de Nariño, un departamento lleno de historia, naturaleza y espiritualidad.


Por Eva Puente


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